UN PEQUEÑO PASEO EN BICICLETA
El fin de semana hice un viaje en bicicleta con mis amigos. Sabía que iba a ser intenso: empezar a 2.500 m, subir a 3.200 m y pasar por las dos montañas más altas de la España peninsular; no iba a ser un paseo.
Tengo una bicicleta preciosa, de la gama alta de Specialized en los años 90, es vieja, pero sigue siendo mejor que muchas de sus homólogas modernas. Sin embargo, al igual que una Chelsea Wagon deportiva -esos desafortunados 4x4 que nunca llegan a aventurarse fuera del centro de Londres-, nunca había salido a la montaña.
Ahora era su momento....
LA SIERRA NEVADA
La ruta fue un reto a muchos niveles, la subida inicial a la montaña se hizo más dura a medida que el aire se diluía. El paso de montaña entre Veleta yMulhacen era relativamente amplia, pero estaba sembrada de rocas y con una impresionante caída por la ladera. Los tramos de bajada eran rápidos y furiosos y duros para los brazos. Dormimos bajo las estrellas porque el refugio estaba cerrado y el vino, el whisky y los fideos que comimos allí fueron de los mejores que he probado en mi vida.
KIT PROFESIONAL
No sabía muy bien qué llevar al viaje, pedí prestadas unas alforjas para mi equipo y tenía crema solar y guantes, pero no se me ocurrió que la protección de los ojos sería importante, así que me pasé el primer día entrecerrando los ojos alegremente bajo el sol, sin pensar en ponerme las gafas de sol de 10 libras que llevaba en la bolsa.
UN DOLOR PERSISTENTE
No sé en qué momento me empezaron a doler los ojos, en algún momento del segundo día. Me puse unas gotas para los ojos, me puse las gafas de sol y me concentré en bajar la pista. Cuando llegamos a nuestro destino final, mis ojos estaban tan rojos e hinchados que apenas podía ver a través de ellos. Me quité las lentillas y me bebí la cerveza -¡Qué cerveza! - y esperé lo mejor.
EL LARGO CAMINO A CASA
El último tramo del día fue duro. Tuve que volver a subir las montañas donde había dejado mi furgoneta, y luego bajar al pueblo para recoger a mis compañeros y sus bicis. Mis ojos eran una agonía, en la oscuridad de las montañas estaba bien, pero la aproximación de los faros era deslumbrante y las luces brillantes de la ciudad eran una agonía. Llegamos a casa, nos despedimos, me duché y me metí en la cama.
A la mañana siguiente, abrí los ojos con cautela... Más o menos... Mis párpados estaban hinchados y el blanco de los ojos rojo y venoso. Parecía que me habían golpeado.
¿EL MEJOR CBD PARA EL DOLOR DE OJOS?
Me senté a considerar mis opciones. Como es de imaginar para alguien del sector, tengo un armario lleno de CBD. Cremas y aceites y bálsamos, brotes de flores y... ¿té? Pensé en el clásico remedio para los ojos de la resaca: bolsitas de té en los ojos. ¿Tal vez eso podría funcionar?
Me preparé una enorme taza de infusión infusión de CBD para ayudar a calmar mis músculos doloridos, empapé dos almohadillas de algodón en él, esperé a que se enfriara y me senté durante 20 minutos con las almohadillas en los ojos.
Los resultados fueron nada menos que milagrosos. Veinte minutos más tarde, el blanco de mis ojos era simplemente eso, blanco, y la hinchazón de mis párpados había desaparecido por completo.
¿TIENE EL CANNABIS PROPIEDADES CURATIVAS?
No estoy diciendo que el té de CBD cure nada. Diablos, no puedo decir eso. Pero, si te encuentras en mi situación, con los ojos hinchados y doloridos, prepárate un buen té de cogollos, póntelo en los ojos y, mientras esperas a que haga su efecto, reflexiona durante un minuto -o veinte- sobre el increíble poder curativo del Cannabis Sativa, la planta de los dioses.
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